Barkaiztegi (Donostia): Abril 16, 2016

No sabemos muy bien por qué no hemos visitado nunca esta sidrería (la más casta de las que quedan en Donosti) dentro de la Sagardo Bira pero estamos dispuestos a poner remedio al asunto como colofón a esta temporada.

Asistentes: Ana, Edu, Josetxu, Iker, y Nesss

Previo

Quedada pasada por agua ese mediodía en Donostia cuando Edu y Nesss, tras meterse unos magníficos pintxos de longaniza y morcilla en el bar de la estación de tren de Donosti, esperan a Ana; tenemos que comprar un paraguas en un chino y todo tras tomarnos un kalimotxo (no sin dificultad) en un bar de Gros. Con Ana da tiempo a tomar un foie por lo Viejo (donde quedamos con Josetxu, que llegó en bus a Donosti) y, ya de vuelta en Hernani, Josetxu se toma un enorme bokata Tripontzi en el bar homónimo mientras decide dejar de llover: Ana y Edu cogen el ascensor de bajada al piso de Johnny, al entrar llovía y al salir 20 segundos después ya no...

Ya por la tarde quedamos con Iker en el Guria, donde los camareros se niegan a sacar kalimotxos txikis y tenemos que pedir un vaso vacío para compartir cada vez que pedimos unos kalimotxos. Es la segunda vez que discutimos por eso con camareros, ya que los argentinos del bar de Gros a mediodía dijeron que no son kalimotxeros y les costó horrores repartir 2 kolas en 3 vasos. Edu promete masacrarlos a todos ellos en el próximo libro. Camino del coche, el parque abandonado de Hernani da juego en la conversación y la vuelta que hay que dar para ir directo a la sidre es apasionante por las obras para hacer un puente nuevo en Martutene. Hay más carteles indicando cómo ir a la sidrería que para ir a Martutene.

Sidrería

Dos edificios comprenden el bloque. Uno es el restaurante y al otro lado de la carretera, la sidrería. Tras una bonita bajada, kupelas a la entrada, mesas después y más kupelas en una sala aparte, a la que entraremos cuando grita txotx uno de los txotxeros (jóvenes) más inexpresivo que hemos conocido. Nos toca una mesa redonda con platos y banquetas individuales. Retiramos las banquetas... y Edu hasta su plato.

De comer nos sacan 5 txistorrilas de aperitivo, seguidas de dos tortillas de bacalao bien jugosas y ricas, con las que Ana la goza aunque se raja de pedir su propia tortilla de bacalao extra. Le siguen dos platos cada uno con seis trozos de bacalao frito bien cargado de cebolla y pimientos (ni Yosune habría podido con ello aunque Nestor casi lo intenta pero desiste ante la mirada destructora de Edu); a Edu le da la sensación de que están sacando comida como si fuéramos los seis para los que se reservó. Este dato se confirma cuando nos sacan dos txuletones cojonudos, bien hermosos y riquísimos. Le seguirían luego un tercero, y un cuarto (que nos está mal para ser cinco parroquianos), solicitadas aprovechando las visitas mingitorias de Nesss. Finalizamos con un cesto de nueces y dos platos con un total de cinco triángulos rectángulos de queso y sendas tiras de dulce de membrillo. Vamos... que comimos como si no hubiera un mañana. En total de 197,04 €, unos 39€ cada, que consideramos justo para todo lo que nos metimos y la calidad de las viandas.

Entre plato y plato hay que destacar la cantidad de viajes a beber que nos dimos, ya fuera en el sitio aparte como en las kupelas de la entrada; comimos... pero también bebimos. Como no nos avisaban cuando sacaban el papeo, a veces lo empezábamos estando templado. Las kupelas del sitio aparte, muy chulo, con 12 de madera y 5 de metal, tienen detalles individuales, incluyendo uno de Indurain. Ya desde el comienzo de los tragos, Iker propone que vayamos dedicando cada uno un brindis. Edu tiene el vaso vacío las primeras veces y Ana se lo rellena del suyo. Al final hasta Nesss vacía su vaso antes de un brindis y se lo recargan entre tres y pide que Josetxu también colabore. Edu es el único que suelta un brindis de una única sílaba.

Entre la asistencia, bastantes gabatxos y gente apaspanada. Destaca el niño rubio a quien hacemos pasillo y nos copia cuando algunos nos ponemos las servilletas de paño y cuadros verdes en la cabeza. Acabamos despidiéndole a lo grande. Edu insiste desde el viaje de ida en coche a ver qué quería decir Barkaiztegi y al final acabamos preguntándoselo a las camareras. Dicen que no está claro, que no se sabe a pesar de que Edu le dice a la morena que no pagaríamos hasta obtener respuesta. Pero nos quedamos con la duda esa noche.

Epílogo

Ya al irnos Ana se gana por méritos propios el premio limón, literalmente (a Iker le olerá el coche de maravilla). Iker sale en dirección contraria y tenemos que volver a pasar por la sidre tras girar 180°. Eso fue en preludio del rally en las laderas de Oriamendi. Cuando los de atrás estaban ya desquiciados y maldiciendo todos los ancestros del copiloto, llegar a Ergobia calmó los ánimos y olvidaron arrancarle la piel y ponerla a secar por esos montes. Total, unos 20 minutos para avanzar 1000 metros en coche. Ya en Hernani, tras dos rondas todos juntos de riquísimo kalimotxo limonero (ni en rodajas, ni exprimido), quedan sólos Josetxu y Nesss para acabar echando otro trago más, retirándose a una hora prudencial.

Al día siguiente saludamos a las jornadas extremeñas de Hernani, quienes nos acompañan los últimos años y tras unos pintxos acabamos volviendo cada uno a su casa.

Así damos por concluida la temporada 2016, XXI aniversario de la página Web de las Sagardo-biras. Y hay quien dice que su diseño es arcaico...

Nota final de nuestro filólogos de garrafón: